Hay una frase que Mariano Rajoy pronunció en el Congreso de los Diputados, allá por junio de 2017, que debe resonar con fuerza en el subconsciente de los concejales de los partidos de Leganés cada vez que alzan el brazo para votar en todos los Plenos desde el inicio de esta legislatura en 2023: “Cuanto peor, mejor para todos, y cuanto peor para todos, mejor, mejor para mí, el suyo beneficio político”.
Y es que dejando a un lado las enormes distancias políticas e ideológicas de las diferentes sensibilidades que hay representadas en el Pleno, lo que no tiene ningún sentido es que se paralice la gestión municipal “en todas las áreas” del ayuntamiento por el bloqueo sistemático de todas las propuestas que se hacen independientemente de si son importantes o útiles para los vecinos de Leganés. Asistimos de forma permanente y vergonzosa al bloqueo de partidas presupuestarias para comprar instrumentos para la Escuela de Música, equipamiento informático para mejorar los servicios del ayuntamiento al ciudadano, sistemas de vigilancia y alarmas para centros municipales, mantenimiento de campos de fútbol, inversiones para la lucha contra la violencia de género, o el pago de facturas a proveedores. Estos son solo algunos de los casos en los que aquellos que votan en contra no están planteando una diferencia ideológica ni plantean un solución alternativa al problema, simplemente se vota “NO A TODO” porque es lo que toca, independientemente de si es algo necesario o no para los ciudadanos. El Gobierno en minoría no es capaz de alcanzar los consensos necesarios en cuestiones básicas para el funcionamiento del ayuntamiento y la oposición en bloque vota en contra de todo para obstaculizar la acción de Gobierno, dejando sin resolver los problemas y usándolos como arma arrojadiza para obtener rédito político.
El ridículo llega hasta el punto de que ha sido imposible que la oposición votase a favor de la reparación de la puerta principal del Ayuntamiento de Leganés, que lleva años rota, y por la que los vecinos y ellos mismos no pueden ni acceder al consistorio cada vez que se asiste a los Plenos, obligándoles a tener que usar una puerta lateral de emergencia para poder acceder al recinto.
No todo vale
Detrás de esta ridícula actitud, que solo perjudica al desarrollo de la ciudad, y por tanto, a sus vecinos y vecinas, se esconde una forma de hacer política de muy bajo nivel. El bloqueo sistemático, castigando a los vecinos para minar a un Gobierno Local en minoría, no es digno de la responsabilidad que tienen que tener unos representantes públicos ni tampoco es lo que merecen los vecinos y vecinas. Como poco, los ciudadanos tienen derecho a ver como sus representantes se ponen de acuerdo en las cuestiones básicas y urgentes para el funcionamiento de la ciudad aunque luego se dediquen el resto del tiempo a “tirarse los trastos” defendiendo sus posiciones y viviendo en las antípodas ideológicas. No podemos vivir una legislatura en la que se paraliza una ciudad entera porque PSOE, Más Madrid, Podemos y VOX voten sistemáticamente NO a toda propuesta, sea cual sea, del Gobierno Local del Partido Popular y ULEG. Pero también es exigible que estos últimos sean capaces de llegar a acuerdos y construir consensos con las diferentes sensibilidades del Pleno para desbloquear una situación que es insostenible. Por responsabilidad, TODOS tienen la obligación de ceder y TODOS tienen la obligación de trabajar para aquellos a quienes sirven y representan: los vecinos y vecinas de Leganés.
Pagan los de siempre
Muchas son las consecuencias de este bloqueo permanente, pero la más indignante de todas es la negativa permanente en los Plenos al pago de facturas a proveedores. Facturas que se han presentado al Pleno en varias ocasiones y que, aunque en muchos casos pertenecen a actuaciones del Gobierno anterior del PSOE, son rechazadas por este mismo partido y por el bloque completo de la oposición aunque todos son conscientes de que estas facturas hay que pagarlas tarde o temprano, incluso algunas ya vienen con sentencias judiciales que lo exigen. Sin embargo, nuestros representantes han decidido que los vecinos y vecinas de Leganés paguemos más de 400.000 € de intereses de demora por el hecho de votar en contra del pago de las mismas de forma sistemática. Por si fuera poco, muchas de estas facturas hay que pagarlas a PYMES y Autónomos que están soportando el impago de estas facturas deteriorando su situación financiera y aguantando de forma estoica la falta de responsabilidad de sus representantes en el Pleno. En este caso, el dogmatismo se ha apoderado de la oposición en el Pleno subordinando su voto al cálculo tacticista de sus intereses a sabiendas de que está perjudicando claramente los intereses de los ciudadanos, mermando las arcas públicas y haciendo que paguen los de siempre, los vecinos.
Diálogo y acuerdo
Esta estrategia tan española de cuanto peor, mejor, acabará volviéndose en contra de quien la practica porque siempre tiene consecuencias en la vida de los vecinos, que no van a entender nunca que las guerras de partidos se jueguen en el campo de juego de sus propias casas, y tarde o temprano se cansarán de ser simples víctimas colaterales de una situación insostenible.
Es hora de dejar atrás los enroques partidistas y de poner el interés común de los vecinos y vecinas de Leganés por delante de las estrategias de “tierra quemada” de los partidos. Todos los representantes del Pleno tienen que participar de la gestión eficaz y transparente de un ayuntamiento independientemente de su función, oposición o Gobierno. Hay que trabajar día a día por una de las ciudades más interesantes y atractivas de la Comunidad de Madrid y, en estos momentos, toca construir puentes de diálogo y crear consensos para las cuestiones que son básicas y urgentes para los vecinos de esta ciudad. Seguro que existen esos puentes, tiene que haberlos, porque ustedes, ediles de Leganés, son vecinos y también conocen las cosas que les importan y les afectan a sus hijos, hermanos, padres y abuelos, y saben que esas cosas están por delante de la discrepancia política. Estamos seguros de que existen múltiples puntos en común para comenzar este diálogo, y entre todos podemos poner nuestro granito de arena para avanzar en el crecimiento y la proyección de una ciudad como Leganés con una economía saneada, un tejido social consolidado, y el el orgullo del arraigo y de una tradición histórica.
Ediles de Leganés, sin duda… cuanto mejor, mejor.