Inicio Actualidad Fernando Abad, exalcalde de Leganés: “La gente mayor, con toda nuestra experiencia, estamos apartada”

Fernando Abad, exalcalde de Leganés: “La gente mayor, con toda nuestra experiencia, estamos apartada”

El que fuera alcalde de Leganés de 1983 a 1991 vive en Valencia, y continúa “desde 1973” afiliado al PSOE

por Redacción
Fernando Abad fue alcalde de Leganés de 1983 a 1991

Fernando Abad fue alcalde de Leganés por el PSOE entre 1983 y 1991, diputado autonómico en la III y IV legislaturas de la Asamblea de Madrid, llegando a ser vicepresidente de la misma y senador en las Cortes Generales. Es Licenciado en Derecho y especializado en criminología. Actualmente reside en Valencia y sigue pendiente de la actualidad política, aunque se queja de que no se cuenta con la experiencia de los mayores.

Pregunta.- ¿Cómo comienza a participar en política?
Respuesta.- En el mes de septiembre de 1973 estaba en la Universidad y me afilié al PSOE y a la UGT.

P.- ¿Después de eso qué sucedió?
R.- En 1981 gané una oposición como Gerente de los Servicios Municipales de Sanidad, Cultura y Deportes en Leganés. Cuando se fue Ramón Espinar, en 1983, el partido me pidió que fuera el alcalde. Estuve dos años de funcionario antes de eso, y luego ocho años de alcalde.

Fernando Abad, alcalde de Leganés, en el Pepinito de 1984
Fernando Abad, alcalde de Leganés, en el Pepinito de 1984

P.- Después de la alcaldía ¿qué hizo?
R.- Salí elegido Diputado en la Asamblea de Madrid.

P.- Incluso llegó a ser vicepresidente de la Asamblea y después Senador…
R.- Sí, fui vicepresidente de la Asamblea de Madrid y Senador por la Comunidad de Madrid en el Senado.

P.- Pérez Ráez dijo que había llegado a ser alcalde de una ciudad porque tanto usted como Ramón Espinar así la habían convertido después de ser un pueblo
R.- Los retos. En primer lugar el tema sanitario, el hospital y mejorar el sistema de asistencia primaria, y los Centros de Especialidades. Había otro reto que era el Regimiento Saboya que se convirtió en la Universidad. Había otro problema muy grave que eran el aparcamiento, se hicieron casi 60 aparcamientos en régimen cooperativo. El barrio de La Fortuna se remodeló entero. Hubo también un proyecto de remodelación de barrios que incluyó San Nicasio y el casco antiguo de la ciudad, con la plaza de la Fuente Honda, el lugar donde estaba al ayuntamiento. Luego ya se planificó el nuevo estadio del Leganés y donde estaba el campo de fútbol se hizo el nuevo ayuntamiento y las zonas de oficinas y viviendas.

P.- Supongo que también temas de índole social…
R.- Se hizo mucho con el tema de la tercera edad en los Centros de Mayores, y las excursiones que se organizaban del IMSERSO. La Universidad Popular de Leganés, que fue también otro avance para la gente que era analfabeta o que no había podido estudiar el Graduado Escolar. Ahí centramos los ocho años de trabajo. El deporte también fue muy importante con el Polideportivo del Carrascal. Y ya entramos en el tema de transportes que se cambiaron todos los autobuses antiguos por unos muy modernos. Se comenzó el diseño de las vías del tren, del Metrosur… también el Parque de Polvoranca, que fue un hito en la época, ya que era una zona que estaba totalmente abandonada y se hizo el parque metropolitano más importante de toda la Comunidad de Madrid.

P.- De todos esos proyectos ¿hay alguno que se le quedó la espinita porque no se pudo sacar adelante?
R.- Hubo muchos, porque había muchos proyectos y los Presupuestos eran limitados. El tema de la comunicación con la M40, M45 y M50. El Empleo que era un tema muy importante, el desarrollo de los Polígonos Industriales… Nos chupamos toda la crisis. Todos los días se cerraban empresas y venían los trabajadores y les ayudamos también lo que pudimos.

“Que Leganés dejara de ser una ciudad dormitorio es “de lo más contento y orgulloso que estoy de haber hecho en mi vida política”

P.- Una época compleja
R.- Fue una época muy bonita, pero muy dura, muy difícil, porque los medios que había, pues, eran muy limitados, en todos los sentidos, también respecto al personal. Se modernizó la Policía Municipal, los Bomberos, Protección Civil…, los Servicios Sociales, la Concejalía de la Mujer, que estábamos también recién salidos del tema del “aceite de la colza”, un tema tremendo. Era una ciudad muy viva en la que fueron muy importantes las Casas Regionales y los emigrantes, los extremeños, los andaluces, los castellano-manchegos. Esa articulación de ciudad hizo que la gente se sintiera orgullosa de vivir en Leganés.

P.- Dejó de ser una ciudad dormitorio
R.- Sí. Nacían niños en Leganés y estudiaban jóvenes en la Universidad. Mejoró mucho el sistema de salud, gracias al Gobierno de España y especialmente Alfonso Guerra, porque cuando yo llegué, las mujeres para hacerse análisis y pruebas de embarazo tenían que ir por dos carreteruchas a Carabanchel. La Comunidad de Madrid también fue muy importante para dotar a los barrios de equipamientos, como bibliotecas, colegios, Centros de Mayores, escuelas infantiles… Fue una auténtica revolución. A mí ahora, visto atrás en el tiempo, me da hasta vértigo pensarlo. Un trabajo muy ilusionante y satisfactorio. Es de lo más contento y orgulloso que estoy de haber hecho en mi vida política.

P.- ¿Sigue vinculado a la política?
R.- Sigo perteneciendo al PSOE, soy de los pocos que siguen ahí. Apoyando ahora a Pedro Sánchez, antes a Zapatero y antes a Felipe González, y mañana a quien venga, porque lo importante es el partido, no las personas. Las personas pasan pero los partidos quedan.

P.- ¿Qué le parece la política actual?
R.- Echo de menos el diálogo y el buen hacer de la política, no como ahora que están nada más que peleándose y matándose unos contra otros. Un desastre. Lo veo con mucha tristeza y espero que algún día cambie. Y que sea pronto.

P.- ¿Cómo ve Leganés?
R.- Es una ciudad muy consolidada. Nosotros hubo un momento que teníamos más dotaciones que Carabanchel. Creo que tiene una buena dotación educativa.

P.- ¿Por qué dejó la alcaldía y se fue a la Asamblea de Madrid?
R.- Todo tiene su tiempo. Creí que había cerrado un ciclo, que era tiempo que viniera gente nueva. Me pidió el partido que en la Asamblea me dedicara a temas de seguridad y urbanismo. Fueron ocho años muy interesantes en la Asamblea de Madrid porque estaba todo por hacer. Había mucha vida porque los Plenos estaban siempre llenos. Me visité todos los pueblos de la Comunidad de Madrid, tengo ese honor, y además de haberlo hecho con mi propio coche, viendo sus carencias.

P.- ¿Qué tal la experiencia en el Senado?
R.- En el Senado también fue interesante. Eso es otro mundo. Allí se ve todo a nivel nacional. Tuve la suerte de compartir escaño, codo con codo, con Ramón Rubial, el presidente del PSOE, que ha sido uno de los militantes más icónicos, una de las personas más interesantes y positivas que yo he conocido. Ahí sigo, colaborando en lo que puedo, que es poco, porque los abuelos y los mayores, lo digo con tristeza, estamos un poco apartados. La gente mayor solo tenemos un defecto, que tenemos edad, pero también experiencia, sabemos lo que hay que hacer y lo que no, sabemos lo que está bien y lo que no está tan bien. La gente joven tiene la fuerza de la juventud, pero también la inexperiencia y suelen ser muy alocados, además de estar ahora muy vinculados a las redes sociales.

P.- ¿Usted no las tiene?
R.- Tengo un móvil del siglo XIX que va casi a manivela. No estoy en Facebook, ni en TikTok, ni en “tuk tuk”, ni en nada porque me parece absurdo. Me sigue gustando la música clásica, el flamenco. Me encanta la danza. Cuando oigo a estos del reguetón y del “tacatatacata chicagua” y cosas raras, pues no los entiendo, pero sé que ese mundo existe. Como otras muchas cosas buenas y malas.

P.- ¿Por ejemplo?
R.- El maltrato a la mujer hay que superarlo. Hay que integrar a los emigrantes porque ahora son como nosotros. En España hemos sido siempre un país de emigrantes. He tenido familia en Argentina, en Venezuela… ahora veo un argentino y un venezolano y les veo con cariño, Los árabes y los marroquíes me caen fenomenal. Tengo amigos de esa nacionalidad. Convivo con ellos. Tenemos que ser todos un poco más tolerantes, más tranquilos y más abiertos.

Fernando Abad posa con sus hijos, ahora en edad adolescente
Fernando Abad posa con sus hijos, ahora en edad adolescente

P.- Su carrera política acabó de una forma un poco abrupta, acusado por sus propios compañeros de un supuesto aumento patrimonial no justificado
R.- Tuve una historia, que fue que cuestioné a Joaquín Almunia, que me pareció un mal ministro, un pésimo Secretario General y un siniestro candidato a presidente y me “pasaron la factura”. Me dijeron que no querían contar conmigo. Lógico, yo apoyé a Borrell y Almunia decidió apartarnos a algunos de la primera línea de fuego. Yo ya estaba apartado porque siempre defendí que más de ocho años en un cargo no debe estarse, como máximo doce, porque al final te acostumbras, pierdes la ilusión, la vitalidad… el acomodarse en un sitio no es bueno. Ya está. Luego todo pasa. Lo de Almunia fue un fracaso en su pacto con Frutos, los comunistas. Sacamos cuatro votos. Creo que no le votó ni su familia, desde luego la mitad del PSOE no, y la mitad de IU , tampoco.

 

“Echo de menos el diálogo y el buen hacer de la política, no como ahora, que están nada más que peleándose”

 

P.- ¿Se refiere al pacto firmado por el PSOE e IU para ir juntos en las Elecciones Generales de marzo de 2000?
R.- Sí. Luego llegó la etapa de Carrillo que fue mucho más abierta, de otra manera, estábamos en otras cosas. Todo ha ido evolucionando. Fíjate si han evolucionado Felipe González y Alfonso Guerra. Luego llegó Zapatero, que no se creía ni él que iba a ser Secretario General, porque lo elegimos para que no lo fuera Bono. Fíjate. Bono ha ido, y ha vuelto. Ahora está Page, que es su mano derecha. En Valencia, que es donde vivo ahora ni te cuento. He conocido a diez o doce Secretarios Generales. Esto de la política es muy cambiante.

P.- ¿Qué le pide a los políticos en un momento como este?
R.- Que hay que ponerse de acuerdo en lo importante. Esta imagen que damos ahora de bronca y de pelea, que si la mujer de Pedro Sánchez, los amigos de Feijoo… la política es un trabajo muy noble y si te soy sincero, me alegro de no estar en la primera línea hoy día. Estuve comiendo con unos amigos y les decía “esto se está poniendo insoportable”. Veo a ese ministro de Valladolid, el de Transportes, y parece sacado de una taberna. No sabe más que insultar, faltar. Lo que tiene que hacer es arreglar la Renfe y luego, si tiene tiempo, que insulte. Los de los partidos de la oposición creen que van a echar a Pedro Sánchez insultándole. A la gente que está Gobernando no se la echa a través del insulto.

P.- Es la tónica general actual, el insulto y la descalificación
R.- Cuando fui alcalde, veinte de los veintisiete concejales estaban apoyándome. Hay que ser generoso. El que gana, gana para ser generoso, no para que seas un cabezorro y un pesado. Lo dice uno que tiene la sangre más caliente que una perola hirviendo, pero una cosa es tener la sangre caliente y otra es no saber parar. Voy a contar una anécdota que no sabe casi nadie. Al poco de ser alcalde, no llevaba ni un año, Alianza Popular de Leganés, hoy el Partido Popular, organizó una cena a la que asistió Manuel Fraga, y yo fui a saludarle porque era el alcalde, y le dije “vamos brindar por lo único que nos une, que es España”, brindamos con un “¡Viva España!” y él siempre agradeció ese gesto mío. Fue un signo de educación. No era menos alcalde ni él menos presidente, y fíjate que a mí Fraga, en la primera manifestación por la amnistía, nos sacó las balas de goma y casi me detienen. Yo podía haber dicho “mira este facha”, pero la gente puede ser de derechas o de izquierdas, pero hay que ser más tolerantes, más dialogantes, más acostumbrarnos a debatir opiniones.

P.- Quizá eran otros tiempos en los que se buscaba llegar a puntos de encuentro
R.- A mí me gustaba que me cuestionaran. Tuve un montón de concejales que lo hicieron, muy de primera línea, algunos de altísimo nivel.

P.- ¿Cree que esta forma de política la van a heredar los jóvenes?
R.- Los jóvenes tienen un papel fundamental, porque aparte de querer ganar dinero siendo “influencers”, tendrían que estudiar, trabajar, prosperar, esforzarse, querer a sus padres, a sus abuelos. Eso es fundamental. Lo hecho de menos ahora, cuando veo que un niño llama a su padre “tonto” o a su madre “idiota”. A un padre o a una madre no se le puede decir eso. Tengo dos hijos, de 14 y 12 años y me insultan hasta la extenuación y, cuando puedo, les digo “yo también te quiero”.

P.- Este año se recuperó el torneo de fútbol de El Pepinito, usted que lo vio nacer, y que fue el alcalde que más lo apoyó durante 4 ediciones del mismo ¿qué le parece su vuelta después de 28 años sin celebrarse?
R.- Conmigo casi empezó. Fue una cosa que todo el mundo decía “mira qué idiotez, esto del Pepinito de Leganés”. Luego resultó que miles de chavales jugaban al futbol. Todos los niños de la ciudad. Aquello sirvió para fomentar el deporte, después había una entrega de premios y una fiesta. Leganés es muy fiestero. Celebrábamos todo, hasta lo que no debíamos. Me alegra mucho saber que ha vuelto El Pepinito.

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