Es muy difícil presentar a Jimmy Brody, ya que él mismo se define como un “artista” multidisciplinar. Llegó a Leganés cuando era pequeño, tras una infancia poco habitual. Lleva unos 30 años trabajando como responsable de cocina de Ciudad Escuela Muchahos (CEMU), pero también es modelo y ha sido disk jockey. ¡Descubre todo lo que le ha rodeado desde su infancia y cómo ha llegado hasta donde está ahora!
Pregunta.- ¿Quién es Jimmy y qué es lo que más y mejor te define?
Respuesta.- Está mal que yo lo diga, pero creo que Jimmy es un artista desde muy pequeño. Tenía inquietudes que otros de mis compañeros no tenían. Me llamaba mucho la atención todo lo que venía relacionado con lo artístico. Lo que me puede definir es que soy una persona que está en deuda con la vida porque me ayudaron cuando era muy pequeño. Por eso, eso es también lo que hago: ayudar siempre que puedo.
P.- ‘Artista’ es como te definió el director de uno de los centros cerrados en los que estuviste de pequeño. Fue a raíz de ese mensaje que él traslado cuando te cambió la vida. ¿Qué es lo que vio en ti?
R.- Yo creo que el artista, aunque sea muy pequeño, cumple un perfil un poco distinto a los demás. Yo estaba en un colegio interno y mi inquietud era, en carnavales, para salir un poco de la monotonía, ir a la lavandería y disfrazar a todos mis compañeros, contar cuentos. Tenía esa imaginación y, en el patio, hacía a mis compañeros que interviniesen en historias que yo inventaba.
P.- Antes de ese mensaje tuviste una infancia difícil.
R.- Sí, yo me cree en un barrio marginal en Palma de Mallorca, donde había prostitución, violencia, drogas… Estamos hablando de los años 70, que era infinitamente peor de lo que puede ser ahora.
P.- ¿Cambiaste a raíz de tu traslado a Leganés?
R.- Yo lo que quería era salir de ahí, pero económicamente no era posible. Si no era de esa forma, tenía que ser por algún contacto. Entonces fue cuando un juez pasó por el colegio en el que yo estaba y el director le dio buenos informes de mí. Le dijo: “Hace cosas que los demás no hacen para divertirse y entretenerse”. Para desarrollar cualquier cosa hace falta una estructura.
P.- ¿Lograste esa estructura una vez llegaste a Leganés?
R.- Logré, sobre todo, una estabilidad, lo que me ayudó a crear el personaje que yo era, que era un poco de todo. No me limitaba a ser una persona nada más, con cierta inquietud en una cosa sola, sino en bastantes.
P.- ¿Cómo lo lograste sin capacidad economía?
R.- Sobre todo el entorno. Desde el más difícil, que era el del barrio, que era complicado. Una vez que salí de ahí, había una plaza donde había un montón de locales, de discotecas y yo veía ahí un ambiente sano y bueno, de neones y música. Eso fue lo que me encandiló desde muy pequeño. También los artistas que veía por la calle ganándose la vida, tocando. Me quedaba embobado. Iba a la feria y no tenía dinero para montarme en nada, pero me quedaba perplejo viendo el tren de la bruja. Me parecía algo muy divertido y veía que la gente se lo pasaba muy bien, se reían mucho.
P.- Dices que destacas en varias cosas. En los colegios, estuviste en diferentes delegaciones, dedicándote a la fotografía, a la cocina… ¿Cuál es la que más te gusta?
R.- En todas he puesto mucha pasión. He tenido mucha suerte. No sé si es por mi forma de ser, pero la gente ha confiado en mí y rápidamente me han abierto muchas puertas. En todas delegaciones que he estado en la CEMU era porque veía eso desde pequeño. Veía a mi madre cocinando, riéndose y cantando, a pesar de las circunstancias que había.
P.- ¿Por eso hiciste una exposición de fotografía flamenca?
R.- A mi me gustaba mucho. Iba a tablaos a verlo. La fotografía me llegó porque muchas veces deseas aquello de lo que careces. En mi casa no había cámara de fotos y por eso me llamaba la atención. Entonces, una vez que pude, lo aproveché para probar a ver si realmente me gustaba.
P.- ¿A qué profesión, de todas las que has tocado, te dedicas?
R.- No podría decirte ninguna. Llevo 30 años como responsable de cocina de la CEMU. Estuve 26 años pinchando música como disk jockey, porque de pequeño veía en alguna película esa forma de entretener a la gente. Quiero disfrutar mucho en todos los aspectos de mi vida y en todas las profesiones para que la gente lleve una sonrisa. También llevo 30 años como modelo artístico en sesiones de fotografía y de pintura.
P.- ¿Cómo lo compaginas?
R.- Durmiendo poco y con muchísima pasión e ilusión, cambiando el chip rápidamente.
P.- También participas en algunos eventos del municipio, como en la Cabalgata de Reyes.
R.- Todo es por origen, porque mi madre era muy religiosa y me llevaba a las procesiones. Los famosos capuchinos siempre me daban unos caramelos y yo lo veía como algo muy positivo. Ahí veía la ilusión de los niños de mi alrededor. En la Cabalgata grande de Leganés llevo unos 10 años, pero he participado como Baltasar en empresas, colegios…
P.- Has crecido y te has desarrollado en la ciudad. ¿Qué es Leganés para ti?
R.- Es casi todo. Es una ciudad que me abrió las puertas inmediatamente en un momento un poco complicado. En el año 1981 era el único negrito de mi edad, por lo que todavía había gente que se sorprendía al verme, pero me acogieron desde el principio. Hace poco me preguntaron de dónde era y le dije: “Soy mallorquín de nacimiento, Cemunero de adopción y pepinero por devoción. A Leganés le debo muchísimo.
P.- ¿Te ves en otro sitio?
R.- Hay una zona de la playa que me gusta mucho. A la edad que tengo, he visto muchísimas cosas y no sé cuando me iré, pero el día que lo haga lo haré con la sensación del deber cumplido aquí y de que no voy a echar casi nada de menos.
P.- ¿Qué es lo que esperas de tu futuro?
R.- Cuando empecé a posar, no me esperaba seguir haciéndolo con 54 años. Quiero seguir en la estela de lo que estoy haciendo. Vivir en un largo presente, más que en un futuro cercano.
