Juan Manuel Prieto, criado en el barrio leganense de Los Conquistadores, llegó a cumplir su sueño de jugar en Primera División y enfrentarse a los grandes equipos de La Liga.
Delantero nato, jugó con el Mérida, Compostela, Rayo Vallecano, Celta de Vigo, Levante, Elche, Real Madrid B y con el Leganés, llegando a meter más de cien goles en su corta carrera deportiva como futbolista, de apenas diez años de duración.
Es un hombre tranquilo, amable, sencillo, sincero y muy noble que no olvida sus orígenes, y que lleva a Leganés en el corazón.
Pregunta.- Un niño del barrio de Los Conquistadores de Leganés que llega a jugar en la Primera División del fútbol español, ¿eso cómo se consigue?
Respuesta.- Soy lo que llaman los ojeadores “un talento oculto”. No me detecta nadie. Juego en el GOE del Patronato de Leganés hasta los 15 años. De repente me voy a probar al Atlético de Madrid que me manda al La Salle, equipo en el que juego en juveniles. De ahí me voy a probar a Parla, que paso de juveniles al primer año en la Tercera División pero me toca hacer la “mili” y me destroza la temporada. En el segundo año fui el máximo goleador.
P.- Y de allí vuelves al Leganés…
R.- Sí. Del Parla en Tercera me voy al Leganés en la antigua Segunda B. De allí al Cacereño cedido por el Mérida, al Levante cedido por el Mérida, y ya con el Mérida juego y ascendemos a Primera División. Me traspasan al Celta y no encajo con su entrenador, siendo uno de sus fichajes más caros de su historia. Dejo de jugar. Se aprueba la Ley Bosman. Vuelvo a jugar en Segunda hasta que me retiro.
P.- Parece todo muy rápido
R.- De estar jugando con 17 años en el Patronato de Leganés a jugar en Primera División con 23 años.
P.- ¿Algo hizo que tu carrera despegara?
R.- Estaba en el Cacereño y vuelvo al Mérida por el empeño de su Presidente, pero soy un jugador “residual” porque el entrenador no me ponía. En la primera vuelta no juego nada y yo quería venirme al Leganés, pero jugando contra ellos el entrenador me saca 5 minutos y es el quinto partido, por lo que eso me impide salir del Mérida. En el segundo partido de la segunda vuelta me pone de titular y meto dos goles. Eso es lo que me cambió la vida porque después jugué como unos 60 partidos seguidos.
P.- ¿Marcar dos goles en un partido te cambió la vida?
R.- La vida te cambia en un chasquido. Ya sea a nivel físico, por una lesión, por un accidente. El fútbol de base es estar en el momento oportuno, en el sitio correcto y con la persona adecuada. Es tener mucha suerte.
P.- ¿El equipo principal de tu carrera deportiva es el Mérida?
R.- Sí. Es donde más a gusto jugué, donde más triunfé. Volví al Mérida cuando veo que no tengo hueco en Primera División, con idea de retirarme allí y ser parte importante en el club, que lo llegué a ser porque fui amigo y consejero del presidente durante unos años. Esa temporada que vuelvo quedamos a uno o dos puntos de subir a Primera División otra vez, lo que le hubiera cambiado la vida, pero no lo hacemos y el equipo desaparece por los impagos.
EL FÚTBOL DE BASE ES ESTAR EN EL MOMENTO OPORTUNO, EN EL SITIO CORRECTO Y CON LA PERSONA ADECUADA”
P.- Supongo que toda la plantilla se marcha a otros equipos para poder jugar
R.- Había metido 10 u 11 goles en Segunda y me querían todos los equipos de la categoría. Me acabo yendo por dinero, por primera vez en mi vida deportiva, a un club recién ascendido a Segunda que es el Universidad Las Palmas y me equivoco porque era un equipo muy amateur y pierdo la ilusión por jugar al fútbol.
P.- Después recalas en Elche.
R.- Llegó al Elche con una pequeña lesión, una tontería en la rodilla pero me dolía. No me acabo de recuperar y me tiro la temporada en blanco.
P.- ¿Tenías referentes futbolísticos?
R.- Sí, pero deportivos, no a nivel económico ni por la fama. Mis referentes eran Van Basten y Van Nistelrooy. Iba a verles jugar para estudiar sus movimientos, su forma de jugar al fútbol. Pero ahora el fútbol es otra cosa, es un negocio.
P.- ¿Has notado algún cambio en el futbol de tu época a la actual?
R.- Ahora mismo los futbolistas son atletas. Se cuida mucho su físico, su alimentación, su día a día. En mi época en Primera División no teníamos nutricionistas, ni un fisioterapeuta todos los días a nuestra disposición, venía una o dos veces a la semana a tratar a los lesionados. Ahora el cuerpo técnico de un equipo de Primera División tiene a 30 personas, entre psicólogos, coachs, entrenadores específicos y preparadores de todo tipo…
P.- ¿Y a nivel de la práctica deportiva?
R.- Cuando yo jugaba no había cámaras. Yo que era delantero, los defensas me pegaban, pero literal, porque nadie les veía. Por eso Maradona tiene mucho mérito esquivando las entradas de los defensas. La entrada de Goikoetxea a Maradona ahora no se la podrían hacer a Messi, por ejemplo. El fútbol ha cambiado por la tecnología. El de antes era más romántico, más divertido, con más calidad.
PARA MÍ EL FÚTBOL SIEMPRE FUE UNA DIVERSIÓN, MÁS QUE UN TRABAJO, PORQUE DISFRUTABA MUCHO JUGANDO Y CUANDO NO LO HICE, ME RETIRÉ
P.- Tu primer partido en Primera División es contra el Barcelona FC en el Nou Camp, ¿sientes la presión del ambiente?
R.- El 80% de los niños que llegan a ser futbolistas lo hacen por tener una mentalidad fuerte. Yo tenía una mentalidad privilegiada. Me inhibía. Es cierto que te impresiona salir al campo y ver todo lleno con más de cien mil personas, pero una vez que pita el árbitro, estaba pendiente de mis cosas. A compañeros míos que jugaron en equipos grandes sí les condicionaba que su afición les abucheara o les pitara si fallaban o daban un mal pase. Era más difícil ir a jugar a una barriada complicada donde te podían tirar una piedra a la cabeza que ir al Bernabéu y que te griten. Aunque evitaba que eso no afectara a mi familia.
P.- ¿Qué gol consideras más importante de tu carrera o al que le guardas más cariño?
R.- En Leganés, jugando con el GOE, regateando a siete u ocho, que yo no era mucho de regatear y los padres de mis compañeros salieron al campo porque ganamos por ese gol el partido. Mi primer gol en Primera División contra el Albacete. Pero nunca he sido muy de celebrar goles, porque he metido muchos en mi carrera.
P.- Hablando de celebraciones, cuando ganáis la Liga en Segunda División con el Mérida y subís a Primera, ¿fue una locura?
R.- Es el mejor recuerdo que tengo de mi vida deportiva. Hubiese cambiado mis años en Primera División por tener más ascensos como aquel. El primer equipo de Extremadura que juega en Primera División. Un equipo que no estaba hecho para ascender, muy de andar por casa. Una barbaridad la cantidad de gente que había por las calles. Ese día en Eibar fue una locura.
P.- ¿A qué te refieres?
R.- Porque tenía un sueño y se hace realidad en Eibar. Consigo ser jugador de Primera División.
P.- ¿Tras retirarte a qué te dedicas?
R.- Monté un par de negocios que la crisis de 2007 se llevó por delante. Incluso llegué a ser taxista. Hasta fui concejal en Mérida pero dimití al día siguiente. El después del fútbol es complicado. Me arrepentí alguna vez de haberme retirado tan joven, con 31 años. Ahora me dedico a la venta de ropa deportiva.
P.- Colaboras en la organización del torneo del Pepinito de Leganés, ¿cómo lo recuerdas?
R.- No he llorado más en mi vida como cuando perdí una de las finales del torneo. El Pepinito en Leganés tiene mucho arraigo. Recuperarlo es muy bonito para niños, clubs y la ciudad. El ayuntamiento debería estar muy por la labor de recuperarlo. Ojalá se acabe llevando a efecto, porque su vuelta va a ser histórica.
